Por su naturaleza depredadora, las ballenas comen abundantes peces y otros animales que se encuentran en las profundidades del mar. Utilizan gran parte de su tiempo en buscar y cazar comida. Una ballena consume en alimentos, el 4% de su peso corporal.
Sin embargo, la dieta de estos animales, varía según la especie, existen alrededor de 90 y de acuerdo con ellas, el tamaño es diferente, de igual manera, el medio ambiente también influye. Las ballenas no sólo comen peces y camarones sino, animales más grandes como leones marinos.
¿Cuánto comen las ballenas?
Las ballenas deben ingerir alimentos al menos 4 veces al día para poder satisfacer sus necesidades. La ballena azul, puede llegar a consumir hasta 1000 kilogramos al día.
Una ballena azul consume por día hasta 4 toneladas de krill; ella succiona el agua atrayendo, peces, crustáceos y krill y luego cuela el agua por sus barbas de manera que quede filtrado el alimento. El consumo alimenticio de esta ballena es similar a la de los osos polares y las focas.
Los ballenatos, o ballenas bebé, consumen aproximadamente 150 litros de leche al día, sus madres los amamantan durante un año, hasta que puedan valerse por si solos, para buscar su comida.
La sociedad aún desconoce que en nuestros intestino se encuentra repleto de microorganismo y a eso se le llama microbiota intestinal, un órgano vital que está recibiendo la atención de los expertos más cualificados del mundo.
Los cien billones de bacterias que componen esta comunidad viva forman juntas lo que hoy en día es considerado por los expertos como un “nuevo órgano” cuyas funciones específicas son claves en el mantenimiento de nuestra buena salud.
El desarrollo de la microbiota empieza tras el nacimiento. En otras palabras esto significa que la composición de la microbiota está muy condicionada por factores externos, desde las condiciones de nacimiento, la dieta, el entorno al uso de antibióticos. La microbiota intestinal desempeña 2 funciones vitales: ayudar a regular el suministro de energía y protegernos de “intrusos” (virus y bacterias que generan enfermedades)
La gran comunidad que compone nuestra microbiota intestinal incluye, como mínimo, 1.000 tipos de bacterias, de 1,5 a 2kg de peso. También comprende más de 3,3 millones de genes, lo que supone ¡150 veces más que en el genoma humano! La investigación científica sobre la microbiota intestinal está en auge, y expertos de diferentes disciplinas trabajan conjuntamente para mejorar los conocimientos sobre este órgano vital.
Nuevos descubrimientos ayudarán a la comunidad científica a comprender mejor el funcionamiento de la microbiota intestinal y su influencia en la salud y la enfermedad… ¡y nosotros queremos compartirlo contigo
Se sabe desde hace muchos años que el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de ciertos tipos de cáncer, por lo que el riesgo entre las dos patologías es significativo y está respaldado por pruebas suficientes. Sin embargo, la relación causal entre estos dos factores no está muy clara.
La Universidad de Harvard ha realizado un nuevo estudio donde ha descubierto algo más: las células cancerosas pueden alimentarse de la grasa dietética privando de energía a las células inmunes.
Se trataría de un doble mecanismo, en el que a la vez aumenta el potencial del cáncer y debilita al sistema inmune. Ya se sabía que las dietas ricas en grasa aumentan el riesgo de cánceres y parecen reducir el éxito de los tratamientos contra ellos, y las tasas de supervivencia.
Los alimentos no son eternos. Con el paso del tiempo se acaban deteriorando y eso puede hacer que no sean aptos para el consumo. Esto ocurre debido a que pueden desarrollarse bacterias y otros microorganismos que alteren el alimento y nos causen enfermedades. También, pueden darse reacciones bioquímicas que alteran las características órganolépticas y que suponen un riesgo para nuestra salud.
¿Cuál es la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente?
Los alimentos microbiológicamente muy perecederos(pueden suponer un riesgo inmediato para la salud si los consumiéramos poco después de haberse vencido su fecha de vida útil) deben llevar “fecha de caducidad”. El resto de los alimentos (los que no son microbiológicamente muy perecederos y no suponen un riesgo inminente para la salud poco después de haber vencido su fecha) deben indicar una “fecha de consumo preferente”. En estos casos, las condiciones del alimento no favorecen el desarrollo de microorganismos.
Muchas personas cuando se encuentran con un alimento en la nevera no saben si comerlo o tirarlo. Para decidirse, suelen comprobar si su aspecto o olor no se han visto muy alterados. En ocasiones deciden comérselo.Pero este comportamiento es un error que puede causarnos serios disgustos ya que en ocasiones los microorganismos patógenos no ocasionan alteraciones en las características organolépticas
Pero ¿qué ocurre con la fecha de consumo preferente? En este caso se puede hacer una interpretación menos estricta. Si el tiempo transcurrido desde el vencimiento no es muy largo, lo más probable es que el alimento no suponga un riesgo significativo para la salud, por lo que se podría consumir de forma segura.
En caso de no llegar a tiempo y encontrar un alimento cuya fecha de caducidad ya ha vencido, no podemos solucionarlo con las alternativas que hemos de indicar: la congelación no mejora el estado del alimento ni elimina los patógenos. El cocinado sí acaba con la mayoría de los patógenos, pero no sirve para eliminar ciertos compuestos, como las aminas biógenas o las toxinas termorresistentes producidas por mohos o bacterias. Es decir, ante un alimento en esta situación la recomendación general es no consumirlo porque no tenemos forma de saber si es inocuo.
En estos casos debemos tener presente que es preferible perder unos euros que poner en riesgo la salud. Por otra parte, esto significa desperdiciar alimentos
No debemos olvidar que tirar alimentos es un despilfarro de recursos y equivale a tirar el dinero. Para evitar llegar a esta situación es fundamental la planificación, con medidas como las que hemos señalado.
Muchas veces hemos oido de las llamadas dietas milagrosas con las que podemos llegara perder 10kg en un mes, sin embargo, estas perdidas de peso tan súbitas tienen como consecuencia un efecto rebote en el que se recupera el peso perdido debido a un cambio metabólico. Realmente, lo que ocurre es que el metabolismo basal se desploma, pues al inducir el déficit de calorías, el cuerpo comienza a gastar menos. Es una medida de defensa.
También se desploman los niveles de leptina, hormona encargada de regular la saciedad , para asegurar que la ingesta de alimentos no se vuelva peligrosamente baja. Ante una pérdida de peso drástica, producida durante varios meses, estas desplome de los niveles de leptina y del metabolismo basal tiene consecuencias muy negativas. El problema principal es que estos no aumentarán hasta sus niveles normales a medida que se va ganando peso.
El problema que esto supone está claro: las kilocalorías ingeridas, entonces, son almacenadas de forma más eficiente, al tener un metabolismo más lento, y tenemos más apetito. Como consecuencia el cuerpo engorda más y más rápido.
En otras ocasiones, no solo se recupera sino que se gana más peso. El problema, simplificándolo mucho, es la velocidad a la que se hace, que no permite que el cuerpo, acostumbrado a resistir las condiciones externas con vistas a sobrevivir, se adapte. Pero esto también tiene algunas consecuencias desagradables para nuestra salud.
Está claro que las dietas milagrosas no son saludables, ¿pero son realmente útiles? Yo no les veo la utilidad a no ser que seas actor.
Un estudio de la Universidad de Sheffield muestra que cocinando el arroz durante 5 minutos, tirar el agua y acabar de hervirlo con agua nueva hasta que la absorba por completo, elimina sobre el 50% de arsénico en arroz integral y el 74% en el arroz blanco, sin reducir los micronutrientes presentes en el arroz.
Fuente. SciTechDaily.
El arsénico es un compuesto cancerígeno, soluble en agua y que tiende a acumularse en el arroz unas 10 veces más que en otros cereales, especialmente en el salvado. Es por este motivo que el arroz integral contiene mayor cantidad de arsénico que el blanco.
Fuente. Fitness en la Nube.
A pesar de los controles a los que se somete el arroz, en el Reino Unido se descubrió que la mitad del arroz destinado para consumo infantil del país superaba los niveles establecidos por la Comisión Europea.
De manera que, ya que se desconoce la cantidad exacta de arsénico que contiene cada paquete de arroz, este método es ideal para que en cada hogar puedan reducirlo y cuidar así su salud; en particular la de los niños, quienes son los más vulnerables.
Si queréis aprender más sobre este método y así aplicarlo en vuestras casas, podéis continuar leyendo aquí.
El pescado de piscifactoría tiene un mayor control nutricional y sanitario. Es alimentado a base de piensos. Se produce masivamente en las granjas por lo que su precio es más competitivo. Presenta mayor cantidad de grasa, pero menor cantidad de grasas insaturadas por lo que los beneficios nutricionales son menores. Contienen menos metales pesados que el pescado salvaje debido al control de su alimentación lo que hace que también estén libres de anisakis.
El pescado salvaje obtiene el omega 3 de las plantas marinas por lo que son más nutritivos y sabrosos. Su coste es más elevado que el de piscifactoría ya que se pesca en su entorno natural. El pescado salvaje tiene altas dosis de metales pesados como el mercurio debido a la contaminación de aguas y lodos y se alimenta de lo que encuentra a su disposición y es más frecuente que contraiga enfermedades víricas o bacterianas. Es frecuente que el pescado salvaje contenga anisakis lo que puede producir trastornos gastrointestinales o alérgicos.
De piscifactoría o salvaje el consumo de pescado es altamente recomendable ya que son una fuente de nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales.
Debido a la gran importancia que cada vez más le dan al reciclaje las empresas, se han desarrollado varias investigaciones para que los envases sean totalmente reciclables para 2030.
De aquí surgió el proyecto europeo Refucoat que a partir de bioplásticos para envasar alimentos a partir de materiales renovables. Gracias a este envasado contribuyen con el medio ambiente pudiéndose reciclar y transformar en compost. Es una de las mejores alternativas para sustituir a los envasados actuales.
Se trata de bioplásticos como los polihidroxialcanoatos (PHA) y el poliglicolato (PGA), con lo que se han desarrollado tres sistemas distintos de envases biológicos activos diseñados específicamente para envasar carne de pollo fresca, cereales y aperitivos.
Otros logros de la investigación de Refucoat es el desarrollo de recubrimientos activos para los films de envasado de alimentos que puedan alargar la vida útil de los alimentos gracias a organismos bacteriófagos. Gracias a estos usos se ha detectado una reducción de la proliferación de Salmonella en pechugas de pollo
Actualmente no se aplica en ninguna empresa debido a que su coste no sale rentable, pero cada vez son más las personas que trabajan para que este proyecto se haga realidad y contribuir significativamente al medio ambiente.
El otro día me salió un anuncio acerca de la aplicación TooGoodToGO, me pareció una iniciativa muy interesante a la vez que original, así que decidí indagar acerca de esta aplicación.
Soñamos con un planeta sin desperdicio de alimentos y, por eso, trabajamos cada día para hacerlo realidad. Nuestra app es la forma más directa para ayudar a reducir el desperdicio de comida. Simplemente, descarga la app, regístrate y empieza a salvar el excedente de comida de tus establecimientos más cercanos. Tu pack de comida siempre será sorpresa, a buen precio y estarás generando un impacto positivo directo en el planeta. ¡Salva ya tu pack!
1/3 DE TODA LA COMIDA SE DESPERDICIA
Es una gran cantidad de alimentos desperdiciados, y esta aplicación es una muy buena y económica solución para luchar contra este problema.
Se trata de un nuevo proyecto que busca prevenir la obesidad en edades tempranas fomentando así una alimentación saludable. La razón por la que comenzó este proyecto es debido a las últimas investigaciones, ya que obtuvieron datos preocupantes.
Los últimos estudios apuntan a que en España el 40% de los niños con edades entre los 6 y los 9 años tienen sobrepeso u obesidad, lo que supone un problema de salud muy importante.
MedKids nace con el objetivo de erradicar esta situación. La base del proyecto es centrar la alimentación habitual de los niños en base a productos relacionados con la dieta mediterránea ofreciéndolos de forma atractiva a niños y jóvenes.
Para ello, varias empresas y centros de investigación están colaborando con este proyecto, de forma que estos últimos asesoran sobre las características de los alimentos y las empresas trabajan para incorporar a la dieta de los niños frutas, verduras, pescado, pan o aceite de forma atractiva.