by gmarpoz on 16 de diciembre de 2020 at 08:46 · Filed under Sin categoría and tagged: nuevas tecnologías
Desde hace algunos años y debido quizás al reconocimiento a nivel general del papel de la alimentación en nuestra salud, se inició una búsqueda, en la mayoría de los casos con gran rigurosidad científica, sobre los alimentos y su efecto sobre la salud.
Esta búsqueda va desde alimentos saludables, menos procesados y aspecto de calidad. Estos pueden ser alimentos frescos o mínimamente procesados, platos preparados o precocinados…
Es por esto que se han desarrollado tecnologías enfocadas hacia el mantenimiento y conservación de alimentos, teniendo como objetivo la búsqueda de tratamientos térmicos alternativos y el desarrollo de tratamientos no térmicos de conservación, para producir así alimentos más sanos y con mayor vida útil ofreciendo alimentos con el mínimo procesamiento. Los tratamientos se basan en pulsos eléctricos exponiendo al alimento a un campo eléctrico logrando la muerte de los microorganismos, altas presiones produciendo efectos de esterilización…
Otras tecnologías usadas en la conservación de alimentos son la irradiación, ideal para alimentos sólidos o incluso congelados, los pulsos de luz que son destellos de luz de gran intensidad y corta duración que eliminan microbios.
Estas tecnologías nos ayudarán a mejorar la calidad de alimentos generados el día de mañana.
by gmarpoz on 15 de diciembre de 2020 at 21:31 · Filed under Sin categoría and tagged: historia
Con la llegada de este periodo de sabiduría y proliferación de las artes, la cocina no quiso quedarse atrás. Es en esta época en la que el buen comer se convierte en una nueva forma de placer y arte. Y, como todo en las épocas más antiguas, el disfrute este nuevo arte venía determinado por la clase social: las clases más bajas comían alimentos que podían cultivar o cazar, mientras que las más altas gozaban de una mayor variedad de alimentos.
Para los menos afortunados, la alimentación consistía en una continuación poco variada de la dieta de la Edad Media. Los suministros alimentarios para este estamento social eran precarios, por lo que su alimentación se componía principalmente de trigo, cebada, centeno y avena. Las carnes, por supuesto, estaban reservadas para los estamentos superiores, y lo único que podían comer más o menos habitualmente era algún ave capturada en el campo, pues a causa de los elevados costes para mantener el ganado y conservarlo, convenía más enviar las piezas que se tuvieran al señor de la villa como forma de pago que comérselas.
El renacimiento significó la sofisticación de la cocina para las clases más altas. En esta época cuando en las cocinas aparecieron los que ahora denominaríamos chefs: cocineros que dirigían las cocinas de los palacios y casa adineradas, que solían necesitar personal habitualmente para celebrar sus fiestas o agasajar a sus visitas.
Para entender la cocina del Renacimiento, hay que tener en cuenta que al comienzo del mismo todas las cocinas Europeas estaban muy influenciadas por la cocina romana o por la árabe. Además, el progreso de las comunicaciones entre países hizo las veces de vehículo para el intercambio en las formas de hacer.
Con todo este panorama influenciando los fogones de las cortes, y con la dificultad que hoy día se nos presenta si imaginamos una cocina sin tomates, pimientos o patatas, puede parecer que la cocina renacentista era algo aburrido y monótono, pero nada más rejos de la realidad.
¿Qué opináis al respecto de esta cocina? Dejarme vuestros comentarios.
Los plaguicidas son productos químicos que se utilizan en la agricultura para proteger los cultivos contra insectos, hongos, malezas y otras plagas. Además de usarse en la agricultura, se emplean para controlar vectores de enfermedades tropicales, como los mosquitos, y así proteger la salud pública.
Sin embargo, los plaguicidas también son potencialmente tóxicos para los seres humanos. Pueden tener efectos perjudiciales para la salud, por ejemplo, provocar cáncer o acarrear consecuencias para los sistemas reproductivo, inmunitario o nervioso. Antes de que se autorice su uso, los plaguicidas deben estudiarse a fin de determinar todos sus posibles efectos para la salud, y los resultados deben ser analizados por expertos que evalúen cualquier riesgo que los productos puedan entrañar para las personas.
Este proceso de clasificación, denominado “identificación de los peligros” es el primer paso en la “evaluación de los riesgos”.
El mismo producto químico puede tener efectos diferentes según la dosis, es decir, dependiendo de la cantidad del producto a la que se expone una persona. También puede depender de la vía por la cual se produce la exposición, por ejemplo, ingestión, inhalación o inyección.
De acuerdo con las previsiones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 80% del aumento de la producción de alimentos necesario para hacer frente a este crecimiento demográfico en los países en desarrollo se obtendrá gracias al mayor rendimiento de los cultivos y al aumento de las cosechas anuales en el mismo suelo. Por tanto, solo el 20% del crecimiento de la producción de alimentos provendrá de la expansión de las tierras de cultivo.
by gmarpoz on 9 de diciembre de 2020 at 18:18 · Filed under Sin categoría and tagged: eventos
España es el séptimo país de la Unión Europea que más comida desperdicia, con 7,7 milllones de toneladas al año, lo que equivale a 179 kilogramos por persona.
De acuerdo con los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente, sería como «tirar a la basura» 3.000 millones de euros anualmente. Y hay que tener en cuenta que de todos los alimentos que acaban en la basura, aproximadamente 1,2 millones de toneladas son aptos para el consumo. A pesar de esto debemos tener en cuenta también que España es el que más dona de la Unión Europea: alrededor de 153 millones de kilos en 2017
Para poner freno a este problema el AECOC aprobó trabajar en un proyecto el cual consistía en un programa de colaboración entre todos los sectores de la cadena alimenticia, que cuenta con el apoyo de cerca de 500 empresas fabricantes y distribuidoras del sector del gran consumo, servicios logísticos y transporte.
Desde el inicio del proyecto se ha conseguido reducir así notablemente su porcentaje de desperdicio, hasta situarlo en un 0,7% del total producido, respecto al 1,71% inicial.
El problema de esto es que, en su mayoría, el 60% son evitables, mediante cambios de hábitos de consumo, compra y mejor gestión de los alimentos. La pérdida y el desperdicio de alimentos cuestan a la economía mundial en torno a 990.000 millones de dólares cada año.
¿Cuál es tu punto de vista en cuanto al desperdicio de comida?
En los últimos años, los estantes de los supermercados se han llenado de productos alimentarios 0%. Lo primero es definir qué es un alimento 0%: ¿este término se refiere a su contenido en materia grasa o también puede hacer referencia a las calorías, azúcares u otros nutrientes?
En la actualidad, el término que alude a un alimento ‘0%’ tiene un vacío en la legislación, ya que no indica las características que ha de tener el alimento, sino que hace referencia siempre al término al que acompaña. Así, el término 0% hace referencia al nulo contenido en grasa, azúcar, alcohol, cafeína o edulcorantes artificiales, según sea.
¿Algunos alimentos etiquetados como 0% no lo son en realidad? ¿Cómo averiguarlo al leer la etiqueta del alimento? Muchos nutricionistas afirman que el 0% es un reclamo que se usa para atraer al consumidor. Cuando en la etiqueta pone 0% grasa, azúcar o edulcorantes, por ejemplo, significa que no lleva esos componentes, pero esto no implica que sea más sano.
El problema está en que cuando pone 0% grasa generalmente lleva mucho azúcar, y viceversa, por lo que al final no reduce calorías tanto como parece plantear. Esto lo hacen porque esos ingredientes son, precisamente, los que aportan palatabilidad (siendo gratos al paladar). Por eso, siempre es muy importante leer bien el etiquetado, fundamentalmente la parte de ingredientes.
Muchos consumidores toman más cantidad de ese tipo de productos porque entienden que son más sanos o, al menos, menos calóricos, y esto no suele ser así. Al creer esto, es fácil excusarse -incluso, sin darse cuenta- al comer más cantidad. Además, esa ganancia de peso no solo suele venir por comer más cantidad, sino también porque son alimentos con muchos añadidos(néctares, siropes, almidones…) Estos los añaden porque son baratos y palatables y, al fin y al cabo, son ingredientes calóricos.
Finalmente lo que quiero explicar con este blog es que no debemos dejarnos engañar por el «truco» del 0%
by gmarpoz on 1 de diciembre de 2020 at 16:58 · Filed under Sin categoría and tagged: noticias
El consejo superior de Deportes informan acerca del tipo de técnicas culinarias que utilizan estos deportistas y cómo se preparan para tratarlas.
La alimentación incide directamente sobre la capacidad del rendimiento deportivo, la recuperación tras el esfuerzo y la sensación de fatiga así como la aparición de lesiones. Para determinar las necesidades y realizar una fijación de un menú es necesario realizar diferentes pruebas, aplicables para deportes a como atletismo, la halterofilia, judo o bádminton. Las pruebas son:
Historia médica completa
Historia nutricional completa
Recuento de la última comida de un día y la frecuencia de alimentos.
Exploración física completa
Se mide su peso, preguntas de su peso habitual…
Bioimpedanciometría: Medida de grasa corporal…
La exploración física atiende tanto al peso habitual como al peso en periodo de competición, sin olvidar el grado de satisfacción de cada deportista en relación con su peso.
Por otra parte, la interpretación analítica completa permite detectar la existencia tanto de carencias nutricionales como la aparición de parámetros inadecuados y, en consecuencia, establecer tratamientos para solucionar estos problemas. Según todos los resultados obtenidos se elabora un informe específico con las recomendaciones individualizadas para cada deportista.
Las principales técnicas culinarias empleadas son el horneado, el hervido, el estofado y la plancha con el fin de evitar las elaboraciones con grasas adicionales.
Los menús diarios siempre incluyen, además de un primer plato y un bufé con una amplia variedad de productos de ensaladas y otro a base de arroces, pastas y verduras, dos segundos platos, uno de carne y otro de pescado. El postre ofrece cinco clases de fruta y los lácteos también forman parte de la oferta diaria.
La creatina es uno de los suplementos más estudiados y con mayores efectos demostrados por la ciencia, tanto es así que actualmente en muchos deportistas de diferentes ámbitos como la resistencia o musculación la suplementación se convierte en una pieza clave.
Hoy en día la mayoría de los suplementos que encontramos en la red no son necesarios o no demuestran evidencias como para usarlos en el día a día, sin embargo entre los poco que sí han demostrado su potencial se encuentran «la cafeína» y «la creatina»
Pero… ¿Qué es realmente la creatina?
Es una sustancia natural que el propio organismo humano es capaz de sintetizar. Está compuesta por tres aminoácidos: metionina, arginina y glicina.
Sin embargo, la capacidad del organismo para sintetizarla se limita a 1 gramo diario aproximadamente a través del hígado, y el resto debe consumirse mediante la dieta, siendo la carne y el pescado los principales alimentos ricos en esta sustancia.
Posteriormente, se almacenará en los músculos. Debido a esa limitación del cuerpo para generarla, suplementar con creatina puede aportarnos numerosos beneficios, seamos o no deportistas.
Beneficios y efectos
Esencialmente, la principal función de la creatina es almacenarse en forma de fosfocreatina, una sustancia altamente energética, y cuya liberación es más rápida incluso que la de la glucosa. De hecho, a elevadas intensidades, la fosfocreatina es el principal sustrato energético usado por los músculos.
Como debemos tomarla
Aunque la recomendación generalizada es tomar alrededor de 5 gramos diarios de creatina, siendo esta una dosis muy estudiada y completamente segura, algunos autores sugieren moverse entre los 0.08 g/kg y los 0.10 g/kg de peso corporal. En mi caso por ejemplo, que actualmente rondaré los 80 kg, la dosis que suelo tomar es de alrededor de 8 gramos diarios. Por tanto cada individuo debe adaptar su ingesta.
¿Alguna vez has tomado suplementos? Déjame ver tu opinión acerca de ellos.
La celiaquía se caracteriza por una inflamación de la mucosa del intestino delgado como consecuencia de una intolerancia inmunológica y permanente al gluten ingerido de la cebada, del trigo, el centeno y, en aquellos que tienen predisposición, genética a sufrir la enfermedad, también a la avena.
Esta enfermedad digestiva y genética causa lesiones en el intestino delgado y provoca que se altere la absorción de las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos. Las personas que la padecen suelen presentar una reacción inflamatoria en la mucosa del intestino que ocasiona la dificultad de absorber los micronutrientes.
La enfermedad celiaca es el resultado final de tres procesos que culminan en el daño de la mucosa intestinal: por un lado, la predisposición genética, el sistema inmunológico del individuo y los factores medioambientales.
Los síntomas más comunes suelen ser:
Pelo frágil//Vómitos//Hipotrofia muscular en muslos nalgas y brazos//Diarreas//Anorexia//Distensión abdominal//astenia//Irritabilidad//Introversión// Retraso en el crecimiento//Leucopenia//Osteoporosis…
La celiaquía no tiene cura así que lo primero que debemos hacer es un cambio en nuestra alimentación, evitando cualquier producto que contenga gluten, lo que significa no comer nada hecho con trigo, cebada, centeno o avena.
Hay dos análisis de sangre que pueden ayudar a diagnosticarla:
Las pruebas serológicas: buscan anticuerpos en la sangre. Los niveles elevados de ciertas proteínas de anticuerpos indican una reacción inmunitaria al gluten.
Para descartar la enfermedad celíaca pueden usarse pruebas genéticas para antígenos leucocitarios humanos (HLA-DQ2 y HLA-DQ8).
Es importante hacerse la prueba de la enfermedad celíaca antes de probar una dieta sin gluten. Si eliminas el gluten de tu dieta, los resultados de los análisis de sangre podrían parecer normales.
En España, a pesar de ser un país con un gran número de horas de sol al año, en el último año, por la crisis de la Covid-19, se ha detectado un déficit creciente de esta vitamina debido, principalmente, a la escasa exposición solar.
Según un estudio de la Sociedad Española de Químicos Cosméticos, el déficit de vitamina D aumenta durante el invierno en un 40% en adultos, motivo por el que las personas deben pasar más tiempo al aire libre en esta época del año, ya que, gracias a esta vitamina, el cuerpo puede absorber el calcio, el principal componente de los huesos. Es necesaria, por tanto, para formar y mantener unos huesos saludables.
Por desgracia, no hay muchos alimentos con vitamina D, pues el cuerpo la produce cuando la luz solar directa convierte una sustancia química de la piel en una forma activa de la vitamina D. A continuación, os muestro qué alimentos pueden proporcionarnos vitamina D si necesidad de recibir la luz del sol.
Los pescados grasos como la caballa, el salmón, el atún o las sardinas.
El hígado vacuno, la yema de huevo y el queso.
Los hongos también aportan cierta cantidad de vitamina D cuando son expuestos a la luz ultravioleta.
Las bebidas vegetales de soja, avena, etc., también contienen vitamina D agregada, incluso algunos yogures y margarinas.
La leche y los cereales fortificados.
Quizás te preguntes que son los cereales y la leche fortificados y por qué se hace esto.
Los alimentos se fortifican desde hace mucho tiempo, cuando se añadieron nutrientes extra para compensar la falta de vitaminas y minerales en la dieta de las personas. Hoy en día, si contamos con una dieta balanceada, es más fácil alcanzar los niveles de ingesta de nutrientes recomendados, y el tazón con cereal fortificado puede ayudarte a obtener todo lo que necesita durante el desayuno.
Como resumen podemos decir que un déficit de vitamina D hará que los huesos se tornen débiles, delgados y frágiles. Además, la deficiencia de esta vitamina está relacionada con la osteoporosis y con ciertos tipos de cáncer.
Para qué sirve la vitamina D
Muchas han sido las investigaciones que se han realizado sobre el uso de la vitamina D para tratar distintas afecciones específicas. Estas investigaciones han demostrado que el déficit de vitamina D puede generar los siguientes trastornos:
Cáncer: La vitamina D podría contribuir a prevenir ciertos tipos de cáncer, sobre todo cuando se toma junto a un suplemento de calcio.
Trastornos hereditarios: Los suplementos de vitamina D pueden emplearse para tratar algunos trastornos hereditarios relacionados con la imposibilidad de absorber o procesar la vitamina D de forma correcta, como la hipofosfatemia familiar.
Osteoporosis: Algunos estudios apuntan a que las personas que reciben suficiente cantidad de vitamina D y de calcio en sus dietas pueden retrasar la pérdida de mineral óseo, ayudando a prevenir la osteoporosis y a reducir el riesgo de fracturas óseas.
Esclerosis múltiple: En estas investigaciones se ha descubierto que los suplementos de vitamina D a largo plazo reducen de manera considerable el riesgo de sufrir esclerosis múltiple.
Estos son algunos de los síntomas que pueden aparecer debido al déficit o exceso de vitamina D
Debilidad
Estreñimiento
Náuseas
Vómitos
Confusión y desorientación
Pérdida de peso
Falta de apetito
Daño renal
Problemas con el ritmo cardíaco
Ahora ya lo sabes, el déficit de vitamina D es perjudicial, así como también lo es abusar de ella. Las cantidades justas de esta vitamina nos mantendrá sanos y ayudará a mantener nuestros huesos fuertes.
No todos los alimentos son iguales y, por tanto, tienen el mismo peligro de causar enfermedades, el riesgo microbiológico de cada uno de ellos los clasifica en alimentos de alto y bajo riesgo.
Los alimentos de alto riesgo son aquellos que poseen unas características especiales que hacen de ellos un medio de cultivo ideal para el desarrollo de gérmenes patógenos y se destinan al consumo sin otro cocinado o proceso de conservación que eliminaría estos patógenos que mantienen las materias primas y por tanto, son peligrosos para la salud.
En su caso se debe prestar una atención especial a la manipulación y almacenamiento, teniendo en cuenta, además, que algunos de estos alimentos como el queso fresco o el jamón de York se suelen ofrecer a personas enfermas, a los niños en las meriendas, etc.
Estos alimentos suelen ser ricos en proteínas y agua lo que favorece el crecimiento microbiano y requieren una conservación en refrigeración. Algunos de estos alimentos son:
Cremas, tartas…
Leche, queso fresco, productos lácteos
Fiambres, patés…
Mariscos y pescados.
Huevos.
Solo tenemos que mirar la cantidad de toxiinfecciones alimentarias que han surgido en restaurantes, residencias, colegios…
La temperatura es uno de los principales parámetros para controlar el crecimiento de bacterias patógenas. Un buen control de la temperatura es sinónima de mayor seguridad. Para garantizar la inocuidad de los alimentos es necesario mantenerlos o bien por debajo de 5ºC o bien por 65ºC.
Por este motivo es muy importante extremar las medidas para minimizar la inevitable contaminación de los alimentos de alto riesgo una vez elaborados, evitando cualquier fuente de contaminación (moscas, superficies, o el propio manipulador.